CÓMO ELEGIR TU BASE DE MAQUILLAJE IDEAL

 Todas tenemos una y tú no vas a ser la excepción. Solo tienes que poner en práctica estos 5 tips para no volver a parecer ni un mimo ni la prima de Naranjito nunca más. ¿Has oído hablar del “efecto máscara”? Pues es precisamente el acabado que vamos a intentar evitar por todos los medios.

1-La  Luz

Es la responsable de que te vieras espectacular cuando te compraste el maquillaje, pero luego no tanto cuando te lo extendiste en casa o saliste a la calle. Siempre que te pruebes o te apliques una base evita las luces cenitales —que crean sombras irreales— y opta por una iluminación natural y de frente. Ten en cuenta que las luces artificiales, según sean más blancas o más amarillas, pueden alterar completamente tu tono de piel original. Así que nuestro consejo es que te vayas con los deberes hechos de casa. Ahora te enseñamos cómo.


2-Buscar nuestro propio tono de color

Un poco por inercia siempre tendemos a decantarnos por bases 1 o 2 tonos por encima, creyendo que así nos vamos a ver más favorecidas. Pues primer fallo logístico. La clave está en elegir un fondo de maquillaje que calque exactamente el nuestro y luego ya le subirás la intensidad con polvos bronceadores o con colorete. No lo olvides, el objetivo principal es unificar el tono y cubrir imperfecciones sin volvernos más pálidas o superbronceadas. Es decir, la meta es un maquillaje natural.

3-El mentón mejor que la muñeca

Otra práctica muy extendida que deberías ir desterrando. A partir de ahora, nada de probarte el producto en la mano o en la muñeca, sino en el mentón (que no engaña), en un lateral de la mandíbula o incluso en el cuello. Párate un momento a pensarlo, ¿no tiene más sentido testarlo ahí donde lo vayas a utilizar? Prueba varios tonos —siéntete india dibujándote varias líneas— y quédate con el que literalmente se mimetice más y mejor con tu piel. 


4-Presta atención al subtono

En líneas generales podemos hablar de tres subtonos de la piel y de un subtono de base de maquillaje perfecto para cada uno de ellos:

  • Subtono cálido o piel amarilla — Subtono base dorado
  • Subtono frío o piel rosada — Subtono base rosa
  • Subtono neutro o piel aceituna — Subtono base neutro


Ahora bien, ¿cómo identificas cuál es el subtono de tu piel? Ponte delante del espejo con un folio en blanco pegado a tu cara. Si tu rostro se vuelve más amarillento es que tu subtono es cálido y, por tanto, tu base deberá inclinarse al dorado o al beige. Si, por el contrario, tu cara en contraste con la hoja torna en más rosada, tu subtono será frío y tu base rosita. También puede ocurrir que tu rostro no resalte, lo cual significaría que tu piel es neutra, así como la base que te recomendamos. 

Otro método bastante eficaz se conoce como la “prueba de lo metales”. Si te quedan mejor los accesorios dorados es muy posible que tu subtono de piel sea cálido y si los plateados son tu fuerte, tu subtono es frío. Por último, te traemos otra tercera forma de comprobación. Fíjate en el color de las venas de tu antebrazo. Si son verdes, tu tonalidad es cálida. Si son más azules o moradas, ya sabes, eres de tonalidad fría.

5-En verano cambia de base

Tiene bastante lógica. Cuando empieza el buen tiempo se te oscurece la piel porque te “moreneas” y entonces necesitas una base diferente que se adecúe a tu nuevo tono. Es tu momento para poner en práctica lo aprendido, así que escógela siguiendo las indicaciones que te hemos dado arriba. 

Eso sí, sin duda el escenario ideal sería contar con dos tonos diferentes: uno más claro para los meses en los que no tomas el sol y otro 1 o 2 tonos más oscuro para cuando sí. Y esto nos recuerda otro consejo: siempre puedes aportar luz a tu rostro utilizando un tono de base más claro al tuyo original. Hazlo en zonas estratégicas —ojeras o debajo del hueso de la ceja, por ejemplo— y será como estar utilizando un iluminador.



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